Hoy le dedico mi foto al Duomo de Florencia y a un momento que me ha devuelto la fe en la buena suerte. No puedo dejar de mirarlo cuando paso a su lado. Voy caminando con los pies en una dirección y la mirada en otra. Y quizá por eso casi pierdo la cartera, pero como vuelvo a tener buena suerte un buen samaritano me dijo que se me había caido algo. En esta vida no cuesta nada ser buena persona y gente como ésta nos enseña una lección mientras contemplamos una genialidad.
"Donde hay emoción hay arte, donde hay arte hay vida, donde hay vida hay esperanza, donde hay esperanza hay rendición."
No hay comentarios:
Publicar un comentario