Después de una gran vuelta en moto, de comer disfrutando de unas vistas magníficas, acabo la tarde paseando al lado de la playa, con el sol de acompañante, cruzándome con surfistas, gente en bañador, y personas como yo, que solo querían disfrutar de las vistas mientras caminaban o sacaban algunas fotos, meto el mar en mi memoria, con sus olas, y su arena, para pasar otra temporada sin él, pero siempre recordándolo. En definitiva, un buen día en Las Palmas del que sin duda, guardaré un buen recuerdo.
"En cuanto a mí, sigo creyendo en el paraíso. Sin embargo ahora sé que no se trata de ningún lugar concreto. Lo importante no es a donde vas, sino cómo te sientes en el momento en que llegas a formar parte de algo. Y si encuentras ese momento, es para siempre."
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