Hoy en clase me dado cuenta de cosas muy curiosas que hacemos cuando escuchamos a los demás. Digo escuchar, para que me entiendan, ya que muchas veces no estamos pendientes a aquello que nos dicen, solo queremos soltar lo que tenemos pensado nosotros. Es el yo, yo, yo. Sé que yo lo he cometido, seguro que sin darme cuenta y pensando que así ayudaría a la otra persona. Pero reflexionando hoy sobre este tema, he visto con claridad que las cosas no son como yo las veo. Parece una tontería, algo que todos los adultos sabemos, pero desde mi humilde opinión manifiesto que no. Que muchos nos hemos olvidado de esas normas de comunicación y que lo que ejercemos día a día se puede llamar de todo menos eso.
" La palabra es más poderosa de lo que jamás podrá ser un puño. "
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